Por Alfredo Zaiat
En más de una oportunidad en los últimos años se destacaron los errores de pronósticos de los economistas de la city. E incluso se remarcaron sus debilidades analíticas sobre las fuentes de los procesos económicos. Hace no mucho defendieron durante un largo período la convertibilidad como un modelo sustentable, cuando era un engendro de tipo de cambio fijo a perpetuidad, que obligaba al ajuste permanente y, por lo tanto, a la destrucción de lazos básicos de cohesión social y de organización productiva.