lunes, 24 de noviembre de 2008

Fortalecer el Estado, es agrandar la Nación. //// ...Agustín Justo.

Recientemente se anunció un proyecto de vital importancia para nuestro país y que se vincula directamente a la recuperación de las áreas estratégicas de desarrollo por parte del Estado Nacional: la recuperación del régimen previsional público de todos los argentinos.

La crónica de los últimos años de nuestro Sistema de Seguridad Social y los acontecimientos que derivaron en lo anunciado por la Presidente de la Nación es extensa, pero puede encontrarse un momento de quiebre fundamental para analizar: el año 1994 y la sanción de la Ley 24 241, durante el gobierno menemista. El proyecto, impulsado por el entonces ultra ortodoxo ministro de economía Domingo Felipe Cavallo, contemplaba la eliminación de las antiguas cajas previsionales por rama de producción y la incorporación a un sistema único integrado en lo que hoy conocemos como Administradora Nacional de la Seguridad Social ( ANSES). Pero esto, no es lo mas curioso del proyecto enviado por el “superministro”, la iniciativa contemplaba la introducción de un sistema mixto en la gestión del sistema de jubilaciones y pensiones, por un lado existirí un organismo estatal que concentraría a todas las cajas extintas, por otro un sistema privado en manos de diversos grupos económicos , la mayoría de ellos de capital financiero internacional. Estos últimos se denominaron Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, o, mas comúnmente llamadas AFJPs.

La diferencia entre ambos regímenes suele simplificarse de la siguiente manera:
“el sistema de capitalización ( sistema privado) permite que cada afiliado tenga su cuenta individual y obtenga una ganancia , dado que la AFJP invierte en diversas actividades y parte de la rentabilidad se suma a los futuros haberes del afiliado, mientras que el régimen público no”

Cierto es, que el sistema de capitalización permite sumar un adicional sobre el haber previsional, que se relaciona con la ganancia que los fondos inversores obtienen a partir de la utilización de los aportes de los afiliados, pero también es real que las comisiones cobran a sus “clientes” es costosa que lo capitalizado suele ser escaso. A su vez los riesgos del futuro jubilado son mayores, al confiar sus ahorros a volátiles fondos financieros, que, en situaciones adversas , como lo es la actual crisis internacional, que produce la caída en el valor de las acciones y los bonos de deuda (activos en los que las administradoras invierten), se devalúan los fondos de los trabajadores, al punto de hacer peligrar su porvenir.

Volviendo a la crónica, al convertirse en ley el entonces nuevo sistema mixto (jubilación estatal y jubilación privada) el oficialismo menemista introdujo una llamativa, por no decir fraudulenta, cláusula: todos los que no optaran en un plazo de 90 días por quedar en el sistema de Reparto (público) , se los enviaría a una privada, lo mismo ocurriría con los trabajadores que comiencen su vida laboral.

Este absurdo, brindó de una amplia gama de clientes /rehenes al sistema privado, una de las grandes paradojas de nuestro tan querido liberalismo: la libertad del mercado se impone a la libertad de los hombres quienes no son libres ni para entrar ni para salir de las administradoras privadas.

Luego de años en que se atacó al régimen público y se lo intento hacer desaparecer, que se bastardeó la noción de empleo público asociándola al del ocioso y el “ñoqui”, años en que cierto periodista amarillista le aconsejaba a “Doña Rosa” que pida la privatización porque los teléfonos de ENTEL no funcionan, “como todo lo del Estado” ;hoy por hoy vemos un escenario inverso: frente al fracaso y el colapso del sistema privado, al punto que no puede garantizar la jubilación mínima, del otro lado gozamos de un Sistema de Seguridad Social estatal superávitario . Un sistema público que ha demostrado su capacidad y fortaleza para lograr subir en solo cinco años, la jubilación mínima de 150 pesos a 700 y de integrar a cientos de miles de trabajadores desocupados que no habían cumplimentado la cantidad de aportes necesarios para acceder a una prestación jubilatoria, y por su elevada edad están excluidos del mercado de trabajo.

La noción de Seguridad Social implica , frente a la inseguridad cotidiana que el trabajador posee sobre su futuro, debido a contingencias como la muerte, la enfermedad, el desempleo y la vejez; la seguridad de que alguien se hará cargo de él cuando no pueda trabajar o cuando quede desempleado. En este contexto, es de vital importancia el tema que se esta tratando, dado que implica el porvenir de todo el pueblo trabajador argentino, de los que no pueden darse el lujo de la ociosidad , de vivir sin trabajar, de ser rentista.

El debate de fondo, no es una “cuestión de caja”, como vulgarmente intentan simplificar algunos sectores , sino es el de recuperar la jubilación de todos los compatriotas, a manos de un actor que no se guíe por los criterios de rentabilidad, de la ganancia. Como país ya comprobamos que cuando se delegan recursos estratégicos para el desarrollo nacional en manos de privados, se tiene la de perder, dado que el privado, se maneja por la lógica de la ganancia, la cual no es válida para todo tiempo y lugar : los trenes tienen que llegar a todos lados pese a que no den ganancia, las viviendas populares deben construirse , aunque no generen renta, las rutas deben hacerse pese a que no produzcan plus valor, la jubilación mínima debe pagarse , por mas que no sea negocio. ¿Quien puede garantizar esto? Solo un actor que no se guíe por la lógica de la rentabilidad: el Estado.

El debate fundamental es recuperar o no a nuestro Estado Nacional, es el de nuevamente reconstruir el tejido solidario social que la lógica del mercado impuesta por el neoliberalismo intentó, sin lograrlo, destruir. Es el debate de dos posturas político económicas y culturales opuestas : por un lado la del individuo aislado competiendo entre sí en el “mercado”; por otro, la de garantizar los derechos sociales a todos los habitantes de nuestro suelo, como pregona nuestra Constitución.


La estatización del régimen previsional y la consecuente eliminación del sistema de AFJPs, implica brindar nuevamente a todos los trabajadores argentinos, la garantía de una jubilación mínima, móvil y digna, a su vez que otorga al Estado, el control de algo tan fundamental como lo es la Seguridad Social, que estaba, en gran medida , en manos de bancos de capital internacional ( HSBC, BBVA, Origenes, etc). Esto a su vez le da mayores recursos y capacidad de decisión estratégica al sector público, para formular y orientar políticas públicas tendientes a mejorar la calidad de vida de los trabajadores, como lo fue la suba escalonada de las asignaciones familiares, el aumento del monto que se percibe como fondo de desempleo, y de la jubilación mínima.

Pero por sobre todo, es un logro histórico, dado que luego de años en los que se estuvo a punto de privatizar íntegramente todo el sistema previsional argentino, y tanto la ANSES, como las cajas previsionales públicas, eran vistas como entes residuales con miras a desaparecer, empleados mal pagos y estigmatizados socialmente y salarios y jubilaciones "congelados" (literalmente) ; hoy podemos decir que la relación de fuerzas y el escenario son totalmente inversos: no solo los organismos previsionales públicos, sino todo la Administración Pública esta siendo revalorizada y cada vez es mas necesaria su participación en la gestión de servicios y recursos estratégicos de la Nación.

Frente al tristemente célebre “slogan” neoliberal de aquella década infame que fue la de los 90: “achicar el Estado es agrandar la Nación” hoy, la realidad política es otra: la estatización de Aerolíneas, de Aguas Argentinas, del Correo Oficial y próximamente del Sistema previsional en su totalidad, demuestran la falacia de aquella afirmación. Se comprueba que, frente al fracaso que demostró la delegación irresponsable de los principales servicios al sector privado (que obtuvo excelentes dividendos , dejando las empresas que administraba quebradas y con pésimos servicios), la única alternativa es revalorizar a nuestro sector público, del que todos somos dueños. La afirmación que se debe proponer entonces es otra: “Fortalecer el Estado, es agrandar la Nación”

Agustín Justo.
Juventud del Frente para la Victoria de Saladillo.
agustinnicolasjusto@yahoo.com.ar



.