sábado, 24 de enero de 2009

Los “petitorios” podrían reventar los buzones

CUMPAS: PUBLICO LA CARTA DE ORLANDO BARONE SOBRE "PETITORIOS".
ESPERO SUS COMENTARIOS.
SALUDOS

Si el Campo le envía un petitorio al Gobierno también deberían enviarle petitorios los millones de ciudadanos necesitados. No alcanzarían los buzones y reventarían hasta los de hierro. Montones de petitorios desbordarían de la Casa Rosada. Su lectura exigiría años. Y sucesivas presidencias. Ya desatada la furia petitoria estarían el de los carenciados del NOA, el de los del litoral y el de las villas de emergencia; el petitorio de los sin Tierra y de los sin nada que ven crecer la soja desde un lugar cada vez más reducido del desierto. El de los que usan alpargatas desflecadas y el de los que usan botas de carpincho y el de los que usan sólo los pies descalzos. Y los petitorios de los cientos de gremios que exigen respuestas a sus demandas; los de los distintos municipios y gobernaciones; los de los punteros políticos a los que no les aumentan el presupuesto; los de los familiares de algunos supermercadistas que duermen junto a las batatas en las góndolas; y los de los changarines que tienen que usar carretillas destartaladas en vez de carritos eléctricos como los de Golf. Tendrían que elevar petitorios los sepultureros que todavía cavan a pala y tienen que acomodar los esqueletos sin guantes. Los limpiadores de letrinas de las estaciones a los que no les dan escafandras, las vedettes a las que les pagan menos porque tienen la boca chica, los periodistas de derecha a quienes no dejan trabajar en ninguno de los grandes medios. Se agotarían los blocks de hojas tamaño carta, y no habría ya sobres para ensobrarlas. Habría tantas conferencias de prensa para anunciar petitorios que no habría cámaras ni movileros suficientes.
Un alud de petitorios bloquearía el despacho de la Presidenta y los de sus secretarios. Se crearía una dirección de petitorios dirigida por algún ex peticionante que acabó próspero.
Y entonces habría que estudiar entre todos cuál es el más necesitado y el más urgente; cuál es el que requiere la respuesta más rápida, y a cuál privilegiar porque el que lo envía está al borde de perder el último vínculo con la vida. Decidir quiénes son aquellos que ya no pueden esperar más porque están con el último mendrugo masticado en la boca y quienes tienen todavía reservas en el banco, en la alcancía o en los silos. Estallaría la moda del petitorio. Algunos demagógicos pondrían una línea de luto en el borde de la hoja y otros hasta pondrían un sponsor de pompa fúnebre en el sobre. Crónica Teve anunciaría en placas coloradas que “Ya llegó el petitorio millonésimo”. O en una placa negra grandota diría: “Estalló el petitorio”. Los padres de los recién nacidos ya nacidos pobres enviarían cada uno un petitorio. Habría hasta petitorios de los que duermen en la calle, que parecen de más suma urgencia que los de los que duermen en dormitorios. El problema del petitorio es el destinatario: el Gobierno. Ya que hay remitentes que les resultan más confiables que otros. Por eso lo sensato es que antes de enviar su petitorio cada uno constatara si es el más perjudicado para merecer el primer auxilio. Y si en la tabla de carencias es el más vulnerable o aún tiene resto. O si antes hay otros más desesperados que ya ni siquiera tienen tinta para escribir la palabra socorro. Pero siguen esperando su turno.

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(Campo) termino usurpado por los dirigentes de la SRA, CRA, FAA Y CONIAGRO, para utilizar dicha palabra mediaticamente contra el gobierno y para agitar profesionalmente a los ciudadanos, (no me animo a poner el termino pueblo, ya que les queda muy grande.

Viva la Patria, viva el Pueblo, a defender el gobierno ante la agresión interna de los agitadores y provocadores profesionales del “campo”.