viernes, 6 de febrero de 2009

Intolerancia

Organismos internacionales calculan en 50 millones el número de trabajadores que perderán su puesto de labor este año. Proyectado hacia la Argentina, ese panorama puede corporizarse en el curso de 2009, y generar focos de tensión de diversa gravedad.

Los temores se expanden sobre el planeta. Los efectos de la profunda crisis, que ya ha trascendido lo estrictamente financiero para proyectarse sobre el conjunto de la economía, prometen castigar a los más pobres del mundo, generando tensiones que muy bien pueden derivar hacia estallidos sociales.

El foro de Davos terminó con advertencias en ese sentido. Los líderes mundiales que participaron del selecto encuentro –que no se privó de recepciones fastuosas, como si la miseria y el hambre fueran cosa de otra dimensión- alertaron sobre la posibilidad de que la abrupta caída económica dé lugar a protestas violentas por parte de millones de personas que ven cómo sus recursos se desvanecen mientras los financistas responsables de la debacle reciben centenares de miles de millones de dólares en ayuda que aprovechan para seguir especulando y comprando bancos, cosa que ha motivado ya el enojo público de Barack Obama.

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